Quero escoitarte sempre cuberta de luz e de enerxía e de sol de abril, coma hoxe. Quero terte sempre ao outro lado da mesa. Ti pides do tempo, eu pido fría e mesturamos. Que nos tomen por mulleres ociosas, que nos tomen por dos chicas nun restaurante asiático.
Busco saias, camisetas de flores, cores intensos mentras te espero.
Busco vestirte cun traxe que te ilumine, sen redundarte. Porque ti levas sempre un traxe de luz, e non o sabes. No rostro, nos ollos, na voz.
Busco vestirte con palabras bonitas que non te redunden. Porque ti eres bonita, porque a beleza e a xuventude te cinguen coma o cinto da túa gabardina gris te cingue.
E ti cingues a todos os que se achegan, magnética como eres.
Invoco agora, para non redundarte, aos que saben escribir por min o que sinto. Para que te canten, para que te cubran de palabras sonoras. Hoxe e sempre.
Busco saias, camisetas de flores, cores intensos mentras te espero.
Busco vestirte cun traxe que te ilumine, sen redundarte. Porque ti levas sempre un traxe de luz, e non o sabes. No rostro, nos ollos, na voz.
Busco vestirte con palabras bonitas que non te redunden. Porque ti eres bonita, porque a beleza e a xuventude te cinguen coma o cinto da túa gabardina gris te cingue.
E ti cingues a todos os que se achegan, magnética como eres.
Invoco agora, para non redundarte, aos que saben escribir por min o que sinto. Para que te canten, para que te cubran de palabras sonoras. Hoxe e sempre.
...te regalo mi capa, mi capa de color grana,
mi triste sonrisa alzada en las ramas, en los gallardetes, en las banderolas.
Yo te haré un vestido de un rojo amapola.
Nana del marinero, nudo de antojos, que nadie te amará tanto como yo.
Si ahora pudiese estar mirando tus ojos, iba a estar escribiendo aquí esta entrada de blog.
Esperaré, y si no vuelves, bajo el olivo me quedaré dormida
y dormiré entre libros prohibidos,
al olvido de un tiempo que añoro, el que viví contigo.
mi triste sonrisa alzada en las ramas, en los gallardetes, en las banderolas.
Yo te haré un vestido de un rojo amapola.
Nana del marinero, nudo de antojos, que nadie te amará tanto como yo.
Si ahora pudiese estar mirando tus ojos, iba a estar escribiendo aquí esta entrada de blog.
Esperaré, y si no vuelves, bajo el olivo me quedaré dormida
y dormiré entre libros prohibidos,
al olvido de un tiempo que añoro, el que viví contigo.
Hay mosaicos en cruz que interrumpen nuestros nombres. Luces en mosaicos que descubren un relato de Cortázar en el diván de los que cumplen sueños por años. Es primavera. Por fin. Y como dice John Connolly, en cada adulto mora el niño que fue y en cada niño espera el adulto que será. Las manos de ella se juntan con las manos de ella y en ellas habita lo hermoso.
ResponderEliminarA luz que teño, ás veces oculta, ás veces visible, provén --non teño dúbidas-- do máis intransitable das entrañas, dun lugar fondo e recóndito onde unha vez habitastes ti e Antón.
ResponderEliminarLuz que collestes e levades prendida no sorriso, luz que me devolvedes cada vez que vos miro.
¡Cómo me gustaría que mi hija viese en mi mañana todas esas cosas tan bonitas! Indescriptible, emocionante, envidiable ¡enhorabuena!
ResponderEliminar